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Los terminos culinarios son aplicables en los quehaceres amatorios. Ambos placeres han de ser cocidos a fuego lento, para que lentamente vayan dejando toda su esencia, su aroma y así poder paladearlos bien y sentir una explosión de emociones.
Al igual que en la cocina en el placer físico, las cosas simples son a veces las más apetecibles, tansólo hay que saber darles un toque brillante y especial para que así sea diferente y genuino; abriendo todos los sentidos y disfrutar al máximo.
En el sexo debemos condimentar y especiar el momento, macerándolo bien. Lo cocemos a fuego muy lento para que el placer se caliente y vaya tomando cuerpo. Lentamente, sin prisas, nos tomamos nuestro tiempo. Lo hacemos con esmero, cariño y mucha fantasía, así el resultado será sublime.
El ingenio juega un papel primordial en ambos terrenos. Si ponemos imaginación el resultado de la cocción será uno o otro. No hay que olvidar que el tacto, el olfato y el gusto tanto en la cocina, como en la alcoba son crucilaes y son los que realmente deleitan nuestro paladar.
A todos nos gusta sentarnos a una mesa de lo más elegante, con todo tipo de detalles, pero hay momentos que una simple manta en el cesped nos produce tanto o más placer, todo depende del empeño que le pongamos. Esto es aplicable tambien en el terreno del sexual y si realmente queremos incrementar el placer y deleitarnos de ambos manjares, sirvamos un exquisito plato a gusto de los parteneres, sirvámolos sobre un torso medio desnudo, dejemos a la vista una sensual y delicada lencería de encaje y saten.
En esta improvisada mesa no utilizaremos cubiertos, directamente nuetra boca y nuestras manos se servirán de la cálida y tersa piel, para hacer más llevadero este delicioso manjar. Emborracharemos generosamente el vientre con un helado y burbujeante cava. Notaremos las burbujas en el interior del ombligo y directamente beberemos de él, para poder así embriagarnos de lujuría, pasión y arrebato.
Os aseguro que el placer esta asegurado.
Ahora sólo me resta decir: "BON APETIT".
