hablaban de Cenicientas y príncipes.
Hoy no soy quien tú piensas, seguramente no soy quien ideaste.
Sigo decidida y asustada. Ando como perro sin su dueño.
Adoro esas pequeñas cosas que me enseñaste,
como la de perderme en mis sueños.
Adoro esas pequeñas cosas que me enseñaste,
como la de perderme en mis sueños.
En mi mundo, los lobos visten de rojo y
las caperucitas aprendieron a enseñar los dientes.
Hubo un tiempo en que las palabras tenían un significado,
hubo un tiempo en que se adoraban y se respetaban;
estas prevalecían por encima de todo.
Hubo un tiempo en que fui niña y soñé que la gente era de verdad.
Me gusta. Es como un lamento.Es agradable leerte.
ResponderEliminarEt llegiré més vegades, perquè m'agrada que em murmuren a cau d'orella, m'agraden les paraules que sí que tenen un significat i m'agraden també les persones.Que n'hi ha que són "de veres"!
ResponderEliminarcuánto daño ha hecho la "moralidad Disney", en mi mundo Caperucita tuvo que espabilar y armarse de coraje, enseñar los dientes e incluso morder. No, no nos valen los cuentos de príncipes y princesas...
ResponderEliminarBesos y abrazos desde el Teatro Mágico
Víktor